03/08/2003

Eduardo Engel ha escrito una gran columna a propósito de los servicios complementarios que están entregando determinadas empresas sin que los usuarios los hayan solicitado. En esta columna (Pagar por servicios no solicitados) Engel hace referencia de que este es un caso en el cual una ley del consumidor permitirá poner las cosas en orden, ya que incluso una empresa está violando lo ordenado por la Superintendencia de Valores y Seguros.
Engel dice:
"Las situaciones anteriores sirven para ilustrar el grado de desprotección que enfrentan los consumidores chilenos en casos de interés colectivo, es decir, casos donde un mismo proveedor perjudica a un gran número de consumidores, especialmente cuando el perjuicio para cada afectado no es muy grande, de modo que la mayoría prefiere no incurrir en los costos e inconveniencias asociadas a reclamar.
"...En la práctica, la legislación vigente no sirve cuando los consumidores afectados son muchos, pero el perjuicio para cada uno no es grande, ya que a la mayoría no le convendrá hacer valer sus derechos y el productor se saldrá con la suya. Por eso la propuesta del Ejecutivo contempla que los fallos en casos de interés colectivo se hagan extensivos a todos los consumidores afectados, independiente de si éstos estuvieron entre los querellantes o no."

Finaliza en una forma ejemplar

"El impacto disuasivo de esta nueva legislación será importante, pues bastará que unos pocos consumidores se indignen cuando son afectados por triquiñuelas como las descritas y le sigan juicio a la empresa para que ésta tenga que compensar a todos los afectados.

El asunto es tan de perogrullo, que cuesta entender por qué se ha transformado en un tema de debate público. Por ejemplo, un alto dirigente empresarial describió como "sobreprotección de los consumidores" la legislación propuesta por el Ejecutivo sobre intereses colectivos, argumentando que la legislación vigente es suficiente.

Esta no deja de ser una interpretación interesante de la realidad, dado que dos tercios de los chilenos dice sentirse "poco" o "nada" de protegidos en su calidad de consumidores (encuesta Cerc).

El doble estándar es evidente, pues son estos mismos líderes quienes piden todo tipo de protección para los intereses de los productores. Pareciera que el mundo ideal para ellos es uno con productores bien organizados, defendiendo activamente sus intereses, y consumidores atomizados, sin medios efectivos para hacer valer sus derechos."

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